JUICIO A LA OPOSICION
POR: PANCHO AGUILARTE
La feroz arremetida del Presidente Chávez ha dejado sin aliento a la oposición organizada en los partidos políticos. Los disparates y errores cometidos ante el desespero por unos cargos se están pagando y a que precio. No han podido articular una política coherente a mediano plazo que los acerque efectivamente al clamor popular. Vivimos tiempos no electorales y sin embargo tratando de desprenderse del fallido golpe de Estado de Abril de 2002 se fijaron una agenda electoral sin importar las evidentes condiciones desfavorables y la falta de autonomía e independencia del Árbitro. Llamaron a la abstención cuando la lógica política aconsejaba que había que tener presencia en el Parlamento Nacional. Gracias a su ausencia el Presidente ha podido extender con suma facilidad su ejercicio hasta la Asamblea Nacional que responde a todas sus peticiones sin siquiera guardar las apariencias y la ética tal como se estilaba en la cuarta República. De participar en ese proceso hubieran logrado entre treinta a cincuenta diputados que sumados a los disidentes habrían reunidos una cuota importante para los debates necesarios y sobre todo para estar informados de muchísimas irregularidades que al ventilarse en la opinión pública contribuirían al trabajo político y electoral. Nada es tan importante para llegar al poder democráticamente que tener presencia en un congreso sino recordemos como Andrés Velásquez, Ramón Martínez, Carlos Tablante, Salas Romer y Oswaldo Álvarez Paz salieron de sus curules directos a las gobernaciones de Bolívar, Sucre, Aragua, Carabobo Y Zulia. Posteriormente y a la inversa concurren a una elección ilegal e inconstitucional para votar la solicitud de reelección indefinida cuando el soberano había manifestado su rechazo a esa posibilidad en una elección anterior. En ese momento y en ese proceso lo aconsejable políticamente era llamar a la abstención. En las regionales y locales de noviembre de 2008 impusieron en muchos casos candidatos seleccionados por los intereses partidistas, que no políticos y estremecieron a la sociedad civil colocando en los diferentes cargos de elección a padres, madres, hijos, tíos, sobrinos haciendo el ridículo y generando el rechazo de los electores tal como mayoritariamente se evidenció en el estado Anzoátegui donde prácticamente resultaron barridos por el oficialismo y por el actual gobernador Tarek William Saab. El egoísmo y la desmesurada ambición aunado a una particular forma de ver la política como un negocio llevó a Julio Borges a derrotar al corajudo de Andrés Velásquez en Bolívar. En Barinas aún a sabiendas que era imposible derrotar al hermano del Presidente si mantenía su candidatura Rafael Simón Jiménez supuestamente de la oposición vuelve a meterle la mano al oficialismo como lo hiciera desde la Asamblea Nacional cuando era Vicepresidente de esa instancia y contribuye no sabemos si ingenuamente o de manera intencional con el triunfo de Adán Chávez en un Estado que de ganar los adversarios del Presidente todavía se estuviera hablando de los impactos políticos que hubiera generado esa derrota. Ahora ante la andanada que recibe del Presidente y las que faltan se muestran timoratos, unos huyendo como Manuel Rosales, algunos como Salas Feo sacando cuentas y realizando movimientos que lo mantengan fuera del conjunto de la oposición a ver si escondido Rosales, él logra ser el Candidato de la Unidad en las presidenciales de 2012 y otros prendiéndole velas a los santos para que haya un alzamiento militar o deseando que Chávez siga insultando a Obama esperando que este reaccione a las ofensas con una invasión. Para el momento que vive el País nadie que tenga rabo de paja debe ser el candidato de la oposición y de los rostros visibles ninguno está exento de que lo incriminen además de no tener las bolas suficientes para enfrentar a Chávez