EN CONCRETO
POR: PANCHO AGUILARTE
AL BORDE DE UNA GUERRA CIVIL
Los recientes acontecimientos que se han venido desatando en el País no van, a la larga, a traer nada bueno, para la paz y la tranquilidad de los venezolanos. El odio promovido tanto por el Gobierno como por la oposición solo será dilucidado en la calle y sino se ha materializado aún es por la contención de quienes lideran al sector oposición. Pero en sus bases ya se oye la solicitud suicida de salir a la calle a protestar para no regresar ya más en todos los estados y municipios de la geografía nacional. El Presidente está decidido a exterminar la oposición y para ello se vale de los organismos policiales, militares y judiciales. No quiere disenso, ni ideas distintas a las de él. Se le metió entre ceja y ceja que solo él es la verdad y el camino y nada ni nadie parece hacerle entender que estamos en tiempos modernos, de globalización, de negociación y acuerdos, de respeto a las ideas, de debates profundos, de crecimiento espiritual y de aceptación del adversario. Ha puesto a huir a Manuel Rosales, su mejor aliado en una próxima contienda electoral, a quien derrotó en las pasadas presidenciales y a quien no le costaría mucho volver a hacerlo por las desventajas notorias del líder Marabino ante las volcánicas capacidades histriónicas del guerrero de Sabaneta, lo cual nos conduce a pensar puesto que Chávez no tiene un pelo de tonto que el Presidente se está paseando por las posibilidades de someter a Referéndum la supresión de las elecciones basándose en la grave crisis financiera y en el hecho de que no ha perdido ni una de las elecciones donde ha presentado su nombre. Para ello también cuenta con la Asamblea Nacional y el TSJ que nada les importa la modificación de lapsos, procedimientos y consideraciones constitucionales como lo han demostrado fehacientemente en más de una oportunidad. Porque si algo está claro para la inmensa mayoría de los venezolanos es que es imposible continuar por secula seculorum esta división que no es ideológica ni clasista puesto que tanto en la oposición como en el Gobierno cohabitan ciudadanos de derecha, izquierda, independientes, anarquistas, oportunistas y nihilistas. Situación nada nueva por cierto y que viene a explicar porque tanto el golpe de Chávez en el año 1992 como el de Pedro Carmona Estanga en el 2002 tuvieron apoyo popular y también del porque aún un elevado porcentaje de la población sigue considerando que una salida militar es viable. Para nosotros que no tenemos militancia partidista, que hemos criticado tanto al Gobierno como a la oposición la única salida ante la imposibilidad de que un sector desaparezca al otro, por tanto obligados a coexistir pacíficamente por encima de nuestras diferencias, es la instauración ya, sin dilaciones, de una mesa de dialogo donde participen en calidad de iguales los dos sectores para regularizar los términos de la coexistencia política antes que tengamos que regularizar los términos de la guerra civil . Eso si, debe comenzar por reconocerse los errores y responsabilidades de cada quien. Decir que es cierto que el 11 de Abril hubo un golpe de Estado como también lo hubo en 1992. Aceptar que en los sucesos del 11 de Abril tanto el Gobierno como la oposición es responsable de las muertes y heridos que allí lamentablemente se produjeron. Reconocer el Presidente que existen mandatarios Regionales y locales que son afectos a la oposición y respetarlos como tal y la oposición aceptar que con todos sus defectos, nos guste o no Chávez es el Presidente y si han aceptado entupidamente concurrir a un Referéndum obviamente inconstitucional deben aceptar también su consecuencia que no es otra que Chávez de nuevo candidato y en forma indefinida