mayo 07, 2010

EN CONCRETO
POR: PANCHO AGUILARTE
CHACHO, EL DE EL IMAN

Bajo ese alias conocimos a José Zambrano Lucero cuando hace casi tres décadas se desempeñaba como dependiente del prestigioso Almacén El Imán de Barcelona. Lugar en el que aprendió el exquisito arte de vestir bien. Cinco años estuvo laborando para el exitoso hombre de negocios Ramón Mejías y de allí suponemos nosotros pasó a la rama de productor y vendedor de seguros. Hace aproximadamente doce años nos lo encontramos nuevamente, cuando tuvimos la oportunidad de entrevistarle para los dos programas de opinión que manteníamos para ese entonces en radio Anzoátegui y en Ultra estéreo. Fue en ocasión al lanzamiento del partido político Proyecto Venezuela, del cual fue José Zambrano su primer Coordinador Regional. Aún recordamos un remitido con foto, publicado en este mismo medio en el año 1997 cargado de expectativas y sensibilidad junto a su esposa e hijo y que se titulaba “prohibido olvidar”.Posteriormente en una de esas conspiraciones propias de los partidos y de los políticos fue Zambrano despojado de la responsabilidad que asumió en las primeras de cambio con la organización de Salas Romer. Fue un duro golpe en ese momento, que debido a la ingenuidad y pureza con que Chacho manejó al partido del sol, lo dejaría marcado para siempre. Desde entonces, a mi juicio, cambió la visión que Zambrano tendría de la política y de la sociedad. Sin embargo se mantuvo en el partido y resultó electo como Diputado suplente al Congreso Nacional. En el año 1999 me correspondió firmarle la autorización y estuvo incorporado unas semanas en el Parlamento. No se supo mas de él hasta que por los medios de comunicación lo vimos en compañía de Antonio Cedeño Umanés y un grupo de chinos o coreanos sino mal recuerdo visitando para un proyecto agroindustrial, la población de Onoto. Las crónicas sociales de algún periódico caraqueño lo registran sonriente como directivo de la asociación Coreana Venezolana. Desde ese momento se le comenzó a asociar con el gobierno del Presidente Chávez y también a través de los medios se supo que una de las empresas en la que era socio había obtenido los permisos para asuntos petroleros con la estatal pedevesa. Hace tres años aproximadamente se le comenzó a vincular a la Banca y a los seguros. Hasta ahora todo parecía normal. Su buena estrella seguía en ascenso hasta que los medios de comunicación registraron que los “Marinos de Oriente” habían cambiado de dueño y el comprador no era otro que José Zambrano, aquel humilde dependiente de “El almacén del rico y del pobre”.Se encendieron las alarmas y comenzaron por Internet una serie de ataques donde dejando de lado su condición de empresario y de hábil comerciante afirmaban que detrás de esa negociación había un testaferro. Lo demás es reciente. Al parecer la negociación que tenía pautada para adquirir el Banco Federal y la corrida de de su mayor cliente; El Estado Venezolano, que supuestamente tendría en depósitos un 67% del total de BANORTE, llevaron a su intervención a puertas cerradas. Hasta ahora poco se sabe pero no creemos que sea un delito disponer del capital para establecer un Banco. Tampoco que se tengan relaciones con entes gubernamentales para lograr la captación de depósitos. De lo mostrado o mejor dicho de lo aparecido en prensa no se desprende la comisión de un hecho punible. Lo demás son especulaciones mas producto de la ignorancia y de la envidia que nada tienen que ver con el derecho financiero o penal. Para nosotros que no tenemos mas interés en que se clarifique la verdad José Zambrano debería dar la cara pues quien nada debe, nada teme, en resguardo de su buen nombre y por la tranquilidad de su familia